verde oliva: ¿Cuánto duran los amigos del colegio?

06 junio 2005

¿Cuánto duran los amigos del colegio?

Hoy he bajado al bar de debajo de mi casa y he tomado dos cervezas con un amigo de la escuela (uno de esos cuyo apellido empieza por la misma letra que el tuyo y en segundo de EGB os sientan juntos en el mismo pupitre). Es de las pocas veces que visito el bar. Sin duda la cultura del bar de barrio es lo mas parecido al messenger que tiene mucha gente sin ordenador :P. Bueno, a lo que iba, esto no debería ser nada fuera de lo habitual, aunque yo me haya separado bastante de los amigos de la juventud. Con este chaval, sin embargo, mantenía una buena relación hasta hace aproximadamente medio año.
Sólo habíamos tenido una conversación sobre política en toda nuestra vida y fue hace muchos años. Era una conversación de niños de esas de "¿tu papá de qué partido es?"; porque casi todo el mundo en España "es" de los partidos, no "vota" a los partidos. En fin, hace más o menos seis meses tuvimos una charla en la que apareció la política y en la que salió a relucir la ideología de cada uno. No diría que saltaron chispas, porque yo jamás intento convencer a nadie que sé que está ideologizado (o comido del tarro, como queráis llamarle) por un partido. Os aviso, es completamente imposible hacer cambiar de opinión o dar tu punto de vista a una de esas personas, es como darse de cabeza contra un muro de hormigón armado. Hay gente que tiene asumidas unas raíces políticas que le llegan al alma, y digo "raíces" porque muchas veces estas personas heredan la ideología. Pues eso, no saltaron chispas, en parte porque eran las tres de la madrugada y llevabamos unas cuantas copas (ni yo ni mi amigo somos borrachos violentos, somos del otro tipo, del amistoso), pero no por ello la conversación fue poco seria, todo lo contrario. Llegué a oir incluso la frase "yo sé que mi abuelo fusiló a gente", pero no con un tono de egocentrismo sino de resignación, como de alguien obligado a aceptar lo que le ha tocado.
Ya nos veíamos poco antes de aquella ocasión, pero luego pasaron seis meses sin vernos el pelo, hasta hoy. Me ha llamado y me ha dicho: "¡Sal de la concha tío y tómate una cerveza!", frase habitual que ha ido evolucionando desde el "¿Sales a jugar?" de hace años. He salido de la concha y me he tomado dos cervezas. La conversación ha sido la de siempre: que si no está tan mal la vida de camionero, que si cuando yo termine de estudiar le contrataré en mi empresa (esa que milagrosamente aparecerá de la nada y se pondrá a mi cargo sin más), que si las tías, que si más tías, que si el hermano de Fulanito tuvo un accidente, que si aún no sé lo que es un fuera de juego,... Porque es cierto, el tío no sabe lo que es un fuera de juego, ni le gustan los toros y me acuerdo de jóvenes cuando me enseñaba la última cinta de AC/DC o de Extremoduro. Sin embargo sigue saliedo con la gente del barrio, con esa con la que prácticamente he dejado de relacionarme, que no se pierde un partido de liga importante, va a los toros y a las discotecas de hardcore cada fin de semana. En fin, no ha vuelto a aparecer el tema de la política y mucho mejor así, porque nos estaríamos dando los dos de cabeza contra muros de hormigón armado. Así que mis imaginaciones sobre si habíamos dejado de ser amigos se han desvanecido. Seguramente volveremos a las sesiones de dos o tres rondas de cerveza de una vez al mes, o cada seis meses, quién sabe.

1 Comments:

At 6/13/2005 4:57 p. m., Blogger Diego said...

Siempre y cuando no te cojas un abono para ir todos los fines de semana a Barcelona, cabroncete. Se te ha echado de menos aceitunilla. Un abrazo.

 

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