verde oliva: La moral americana

03 septiembre 2005

La moral americana

Si profundizamos en uno de los últimos hits del mundo del videojuego, el muy conocido San Andreas, nos damos cuenta de la gran verdad en Estados Unidos: podemos ser todo lo malos que queramos, pero ateniéndonos a unas normas de conducta. En el juego encarnas a un pandillero de los barrios bajos de una típica ciudad americana. Tu misión es la de recorrer la ciudad tranquilamente (o robar una moto al primer incauto desconocido y hacerlo a toda velocidad), buscando armas, matando criminales, atropellando a gente, o atizandoles con una porra del último poli asesinado. También puedes ir con un fusil de asalto por la calle provocando disturbios, incendiar un coche, o varios, frente a un hospital, hacer tratos con polis corruptos o con la mafia (rusa, china, chicana). Puedes pasear, huir, nadar, montar en bici, tirarte por los suelos. Tienes absoluta libertad para darle una paliza a cualquier anciano que vaya por la calle, y robarle la "pasta" al pobre desgraciado y, si te pilla la poli, a correr, o a sacar la UZI. Pues la auténtica revelación me vino circulando por la calle en un coche robado; una prostituta latina se acerca y me dice si quiero pasar un buen rato y yo (metiéndome en el papel de pandillero ;D) pues acepto; y en ese momento un sutil movimiento de cámara oculta la acción y sólo se ve el coche brincando. Yo estaba alucinando, un momento antes le estaba pisando la cabeza, envuelto en un charco de sangre, a un energúmeno que me había disparado y cuando hay una pequeña escena de sexo en un coche lo censuran. Y poco más tarde le ofrecen un porro al protagonista y lo rechaza, porque "él no toma mierda de esa", y al poco rato se pone a cargar el arma. Pues esa es la verdad: en Estados Unidos puedes ser un pandillero camorrista, ladrón, asesino y chulo, pero no puedes ser un traficante de drogas ¡¡¡nooo!!!, eso está mal visto. Puedes entrar en un recinto del gobierno y comenzar el apocalipsis pero no puedes besar a una mujer en público. Puedes borrar del mapa a todos los camellos de tu barrio, pero de ninguna manera puedes aceptar su "mierda". Y podemos pensar que sólo es un juego, un entretenimiento, pero no es así, porque simula la vida bastante real de una persona en una ciudad bastante real. Un entretenimiento es matar marcianitos, no dar palizas por la calle. Este es un juego muy violento y si se ponen con la censura, deberían hacerla extensiva a todo, o quitarla. Pero qué se puede esperar. Así es la sociedad estadounidense, principal consumidora mundial de cine pornocultural y seguramente de crímenes sexuales, pero en secreto. Principal consumidora mundial de drogas, y al mismo tiempo desconectada de ese problema. Y parece que al primer homicida que encuentran están dispuestos a freirlo, siempre que no tenga a un gran (y caro) equipo de abogados buscando antecedentes judiciales. Y siempre preocupados por la casa del vecino, cuando en la suya propia no pueden mantener el orden, ni contener el agua. Algo falla...