verde oliva: Dios y ciencia

05 enero 2006

Dios y ciencia


Unas anécdotas graciosas, algunas posiblemente fábulas, mezclando dos temas que parece nunca llegarán a conectar.

Werner Heisenberg y otros grandes físicos se encontraban una tarde de tertulia hablando de Dios y religión. La discusión acabó dominada por Paul Dirac que entró en una larga diatriba declarando que la religión era el opio de las masas. Al final de la tarde alguien se volvió hacia el brillante Wolfgang Pauli y dijo, "Has estado muy silencioso esta tarde, Pauli. ¿Que opinas de lo que Dirac nos está contando?" Pauli respondió, "Si entiendo correctamente a Dirac, lo que quiere decir es: no hay Dios, y Dirac es su Profeta."

Se cuenta que cuando Pierre Simón Laplace (1749 - 1827) presentó a Napoleón su libro "Traité de Méchanique céleste" se desarrollo entre ambos la siguiente conversación, "Monsieur Laplace, me cuentan que ha escrito usted este gran libro sobre el sistema del universo, sin haber mencionado ni una sola vez a su creador." A lo que Laplace contestó "Sire, nunca he necesitado esa hipótesis."
100 años antes, cuando Newton explicó el funcionamiento del sistema solar haciendo uso de su ley de gravitación no fue capaz de explicar ciertas irregularidades aparentes que se deberían producir en la órbitas de algunos planetas. Newton hacía intervenir entonces a Dios para que con su mediación el sistema siguiese funcionando.
La respuesta de Laplace a Napoleón hacía hincapié en el hecho de que su Mecánica celeste conseguía explicar el funcionamiento del sistema solar sin la necesidad de ninguna hipótesis divina.
Cuando Lagrange supo de la conversación mantenida entre Laplace y Napoleón observó: "Pues es una bella hipótesis. Explica muchas cosas."

Alexander Pope le dedicó el siguiente epitafio a Newton: "La naturaleza y sus leyes yacían ocultas en la noche, Dios dijo , "Sea Newton" y todo fue luz". Refiriéndose al epitafio anterior, John Collins Squire añadió: "Pero esto no fue lo último. El diablo gritó "Sea Einstein", y se restableció la situación" (la teoría de la relatividad dejó obsoleta la física newtoniana)

En una carta dirigida a Max Born, Albert Einstein escribió: "Usted cree en un Dios que juega a los dados, y yo, en la ley y el orden absolutos en un mundo que existe objetivamente, y el cual, de forma insensatamente especulativa, estoy tratando de comprender[...]. Ni siquiera el gran éxito inicial de la teoría cuántica me hace creer en un juego de dados fundamental, aunque soy consciente de que sus jóvenes colegas interpretan esto como un síntoma de debilidad". (Einstein no creía en la teoría del caos y pensaba que existía una especie de orden universal, casi divino, y que todo es predecible si logramos investigar a fondo)
Más tarde, el físico inglés Stephen William Hawking dijo en una conferencia: "Dios no sólo juega a los dados , a veces los tira donde no podemos verlos".