Cobre y sus amigos
Érase una vez un tipo llamado Cobre. Sus vecinos decían que era un poco "yeyé" porque siempre iba vestido de un color rosa salmón muy llamativo. Cada vez que mirabas en sus bolsillos le rebosaba conductividad y si lo calentabas el hombre se hinchaba y se coloraba más aún. A pesar de todo, si superabas su pequeña capa de óxido era muy amigable y se trabajaba muy bien con él.
Cobre tenía una especie de amigo tostón, llamado Oxígeno, y cada vez que entablaba una relación con alguien este pesado venía a meter las narices. Hasta que una vez decidió cambiarse de apellido y alejarse. Se llamó Cobre Desoxidado y se puso a frecuentar lugares donde no permitían la entrada a Oxígeno, sitios como Tig, Mig y Brazing. De esta forma sus relaciones prosperaron. Hizo muchos amigos y amigas, incluso conoció al famoso Hierro y su socio Manganeso.
Se casó dos veces y tuvo dos hijos, aunque luego se dio a la mala vida y dicen por ahí que ha dejado descendencia no reconocida. De su primer matrimonio con una tal Zinc nació su primer hijo, a quien llamó Latón. Este tipo era más maleable que su padre y no tenía los bolsillos tan llenos. De su segundo matrimonio con una tal Estaña nació Bronce, que fue un tipo más fuerte y musculoso que su padre y su hermano. A partir de ahí, Cobre se separó y se convirtió en un conquistador. Ahora tiene un montón de hijos bastardos que dicen llamarse todos Bronce Especial, aunque todos vienen de distintas madres: Aluminia, Silicia, Niquela, Berilia... Vamos, que no se durmió el hombre.